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16 abril 2014

Tot-Hom nos abre sus puertas a través de una historia llena de amor y pasión por la moda (Entrevista by Emy Teruel)

Algo que me encanta de mi profesión es tener la suerte de conocer a grandes profesionales del sector y mucho más cuando esos profesionales son a su vez grandes personas. Y eso fue lo que me ocurrió el día en que fui a la Tienda que tiene Tot-Hom en Barcelona para conocer a las "alma maters" de la firma: Marta Rota, fundadora de la misma, y a sus hijas Andrea y Alejandra Osés Rota.



Quería conocer más en profundidad quienes estaban al frente o detrás (depende de cómo se mire) de Tot-Hom: una marca de tan reconocido prestigio en Barcelona y que empieza a serlo con fuerza ahora también en Madrid, desde que han abierto allí una tienda. Quería conocer no sólo a las profesionales sino también a las personas y en el agradable rato que pasamos charlando pude comprobar porque Tot-Hom es sinónimo de perfección, artesanía, personalización y elegancia, y no es más que porque detrás existe un equipo humano que ama su trabajo y se apasiona con el mismo sabiéndolo transmitir a su cada vez más numerosa y fiel clientela.

Marta Rota es pura pasión. Desde bien pequeña nació y creció "entre costuras", las de su madre, la modista Margarita Jovani, que ya se codeaba en aquella época con maestros de la talla de Pertegaz o Margarita Nuez y confeccionaba tanto vestidos de calle, en donde siempre destacaron sus abrigos, como vestidos de fiesta y de novia para las hijas de la clase alta de Barcelona. Margarita Jovani empezó a trabajar en Santa Eulalia, una de las principales tiendas de moda y de más prestigio de la ciudad condal, y a partir de lo que allí aprendió quiso ponerse a confeccionar ropa y trabajando mucho por fin lo consiguió. Cuando se quedó viuda, abrió su propio taller con cada vez más oficialas y a donde acudían las mujeres de clase alta que querían lucir los vestidos y abrigos que ella lucía cuando paseaba por Paseo de Gracia... Dado que su marido había estado muy bien relacionado por su trabajo tanto en Madrid como en Barcelona, supo mantener esa clientela selecta y supo cuidarla de forma que todos querían vestir los diseños de Margarita. Marta se incorporó desde muy jovencita a este mundo montando su primera tienda de venta de ropa justo debajo de donde su madre tenía el taller. Y desde allí poco a poco fue aprendiendo de su madre hasta que montó su propio taller de costura y confección en los años 60. Ambas se escapaban a los desfiles de París de aquel entonces y se codeaban con los principales modistos: Hungaro, Yves Saint Laurent, Valentino... de donde absorbían todo como esponjas y junto con los maravillosos patrones que se traían de París luego lo adaptaban a los diseños que hacían para su fiel clientela. Así que los primeros diseños nacían de esos patrones, de revistas de moda como Vogue que ya existía en esa época y de lo que querían sus exclusivas clientas. Todo siempre muy personalizado, característica que siempre ha acompañado a esta firma. 

Gran parte del éxito de esta firma de ropa ha sido que el traspaso entre las 3 generaciones ha sido de forma paulatina y casi sin enterarse. Todas ellas han sabido integrar muy bien cada una lo que aportan las demás, y esto ha hecho que la ropa haya sabido adaptarse con los años a su tiempo y a cada generación, combinando muy bien la experiencia con la juventud, el proceso artesanal de hacerse todo a mano cuidando hasta el mínimo detalle con la moda que se lleva en cada momento. Marta Rota ha sido el puente entre la abuela y las nietas, y está claro que el amor y la pasión por la moda que une a todas ellas ha hecho que Tot-Hom se convierta hoy en día en una marca por sí sola de exclusividad y perfección por los detalles estando a la última en cuanto a colores y estilos, y sabiendo compaginar perfectamente la ropa "casual", con la de más vestir, con los vestidos de fiesta y los vestidos de novia.

Comentan con orgullo que todos los diseños sean del tipo que sean (calle, fiesta, novia) los confeccionan todas juntas pues está visto que no sólo no es motivo de conflicto el trabajar codo a codo las tres todos los días sino que así todas aportan algo y aprenden unas de otras, aunque Marta confiesa que a ella le gusta más los vestidos de fiesta, Alejandra le va más el estilo "casual" y Andrea es la que más se encarga de los vestidos de novia y del trato con las mismas.




En vestidos de novia siempre intentan que la novia se sienta identificada con el traje: "el traje ha de adaptarse a la novia, no la novia al traje. Se ha de respetar mucho a la novia y meterse en su piel". Siempre personalizan tanto en el trato como en el vestido y para ellas no hay ninguna novia igual al igual que tampoco hay ningún vestido de novia igual. Hacer un vestido de novia supone la perfección al máximo grado, nada puede fallar y por eso además de las pruebas que sean necesarias para que el vestido quede fantástico, siguen acompañando a la novia el día de su boda, desplazándose hasta donde la novia se viste una persona del equipo para ayudarle en ese momento y no dejando nada al azar.

Todo muy personalizado, un trato exquisito y con las mejores telas y en las mejores manos. La juventud de Andrea y Alejandra aportan ese estar al día en cuanto a novedades con sus viajes a Londres, París o Milán, siempre sin perder el rumbo de esta gran marca. Y junto con la experiencia y conocimiento de Marta sigue siendo lo que diferencia esta firma de otras.

Siempre se dice que detrás de un buen trabajo hay un gran profesional y en este caso está muy claro que detrás de esta gran firma hay 3 grandes personas además de profesionales que forman un gran equipo muy bien compenetrado y con un mismo objetivo en común: hacer felices a sus clientas con sus creaciones. Y eso es algo que esta marca sabe hacer muy bien desde hace años pues se demuestra en la gran cantidad de clientela fiel que tienen y que va creciendo día tras día prácticamente por el boca a boca.

Desde aquí os invito a que visitéis su preciosa y exquisita tienda de Barcelona, dónde además de atenderos con una gran amabilidad, encontraréis muchos de sus preciosos vestidos además de un showroom precioso y un rincón para la novia en el que no falta detalle. No me extraña que sus clientas salgan encantadas y repitan... (la tienda de Madrid también me dicen que es una maravilla y no me extraña...)









Ha sido para mí un verdadero placer conocer a esta gran familia de la moda porque compartimos unos mismos valores de perfección, creatividad, empatía, buena praxis, humildad, exclusividad, personalización, pasión por el trabajo y en definitiva EXCELENCIA.





Gracias por haberme hecho partícipes de vuestra apasionante historia de amor y pasión por la moda y  espero que nuestros lectores sepan también disfrutar al leerla.

Emy Teruel

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